Cómo incluir verduras en los menús de tus hijos

Por lo general, si dejas que tu hijo elija qué quiere comer, probablemente prefiera una hamburguesa antes que una ensalada. Sin embargo, es importante incluir verduras en la dieta de los más pequeños por la cantidad de beneficios que aportan, como vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes, que nos ayudan a mantenernos saludables e influyen en su correcto desarrollo.

No te agobies si tus hijos se niegan a comer, la neofobia –el rechazo a probar alimentos– es muy común en la infancia y suele darse habitualmente con las verduras. Estos consejos te resultarán muy útiles para ayudar a tus hijos a vencer ese miedo. Recuerda, Florettelover, es importante no obligarlos a comer –no los castigues o premies–, pero tampoco pierdas la paciencia si rechazan algunos alimentos porque, según los expertos, los niños los aceptan después de probarlos entre 10 y 15 veces. 

Hoy te damos algunos trucos para resolver este posible problema porque, a veces, solo hace falta un poco de imaginación para transformar un plato de ensalada en algo que entretenga a los peques de la casa.

Haz que tus platos parezcan más divertidos 

Cuando un plato no entra por los ojos, tenemos que presentarlo de una forma atractiva. Por ejemplo, puedes darle formas divertidas, crear caras o combinar diferentes colores para captar la atención de los niños. 

Otra forma de hacerlo es cambiando su nombre. Un estudio de la Universidad de Cornell (EEUU) demostró que cambiar el nombre de un alimento por otro más divertido durante varios días aumenta su consumo entre los niños. Por ejemplo, los niños que conocían las zanahorias como «zanahorias de visión de rayos X» tendían a comer más verduras.

Juega al camuflaje

Intenta incluirlas en sus platos favoritos. ¿Que les encanta la pasta? Prueba este fusilli con pesto de espinaca. Y si su debilidad es la repostería, sorpréndelos con unos muffins de acelga con queso cheddar. A menudo, los niños tienen una imagen negativa de las verduras, pero si no se dan cuenta de que las están comiendo, les encantan.

Predica con el ejemplo

Los niños aprenden imitando los comportamientos de las personas que los rodean. Por ello, tiene poco sentido intentar que nuestros hijos coman un alimento que nosotros no consumimos. Si toda la familia come lo mismo y ven a sus padres disfrutando de las espinacas, el brócoli o las acelgas, ellos acabarán haciéndolo también. 

Haz que formen parte de la cocina

Hacer la compra con tus hijos e involucrarlos en la preparación de la comida, preguntándoles qué prefieren comer ese día o permitiéndoles colaborar en la cocina, ayuda a que asocien estos platos con la sensación de ser útiles. Estudios aseguran que los niños que ayudan a sus padres en la cocina consumen un 76% más de verduras por elección propia.

Si empezamos a implementar estos cambios gradualmente, estaremos creando un entorno familiar que fomente hábitos alimenticios saludables y enseñe a los niños desde una edad temprana a valorar la comida saludable. Esta educación alimentaria influirá en la relación que tus hijos tengan con la comida en el futuro. Así que, ¡no te desanimes, Florettelover! Siguiendo estos consejos, seguro que lograrás que consuman más verdura 😉. 

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