Cómo comer bien para ser feliz

No es ningún secreto que llevar un estilo de vida saludable es clave para sentirse mejor. Hace tiempo que la sociedad es consciente de los numerosos beneficios que una buena alimentación aporta a nuestro estado físico. 

Pero desde hace un tiempo estamos descubriendo que los beneficios de una alimentación saludable van mucho más allá. Los datos indican que comer saludable influye directamente en nuestro estado de ánimo. Y cada vez somos más conscientes de ello:

El 71% de los españoles que consumen frutas y verduras a diario se siente más feliz. Entre otros muchos síntomas, estas personas afirman que haciéndolo experimentan:

  • Menos irritabilidad 
  • Menos ansiedad
  • Más tranquilidad
  • Menos estrés
  • Más energía
  • Mejora en la calidad del sueño

Y no cabe duda que todas estas sensaciones nos permiten afrontar nuestro día a día de forma mucho más positiva. Pero, ¿qué significa realmente comer bien? ¿Cómo conseguir un hábito de alimentación saludable, aún teniendo un estilo de vida trepidante e intenso? ¿Es posible? Por supuesto que sí. 

En primer lugar, es fundamental procurar que ciertos alimentos altos en grasa y pobres que introducimos en nuestra dieta sean sustituidos por alimentos que puedan ayudarnos a mejorar nuestro estado de ánimo, como son las frutas y verduras.

Sin que eso implique, por supuesto, pasar hambre. Porque comer sano, saludable, sabroso y saciante, es posible. Hay que saber escuchar a nuestro organismo y no permitir que nuestro cerebro asocie una alimentación saludable con sensaciones negativas. Sino educarnos a nosotros mismos en una nueva rutina alimentaria y descubrir las mil y una maneras de disfrutar de ella.  

Solo es cuestión de descubrir nuevas maneras de combinar alimentos, con recetas saludables a la par que deliciosas, ¡que las hay y muchas! Un tip buenísimo para hacer esta tarea más sencilla es recurrir a recetas que incluyen varios grupos de alimentos en un solo plato. Fáciles de preparar e ingerir y súper completas desde el punto de vista nutricional.

Además, existen muchas maneras creativas de incluir en nuestro día a día ingredientes que no solemos consumir y que no solo son deliciosos, sino que nos aportan grandes beneficios. 

Un ejemplo pueden ser las espinacas, un alimento rico en fibra, vitamina A, B1, B2, C, K, calcio y hierro, con grandes propiedades antioxidantes. Además, su versatilidad sorprende muchísimo, ya que se puede preparar de muchas maneras. Los llamados ‘superalimentos’ son también grandes aliados en una dieta saludable, ya que son alimentos muy fáciles de introducir en todo tipo de recetas y que de por sí poseen muchísimos nutrientes. Si encima los combinas con frutas y verduras son la mezcla perfecta. Como ocurre con la quinoa, alimento que nos encanta combinar con nuestros productos.

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